CAPITULO TRES: Actuando a ser Actor

Dejamos a nuestro lider a mediados de 1932, con un Reagan que acababa de graduarse en el Eureka (que no es precisamente Harvard) en una América dentro de la gran depresión y con un padre alcohólico sin trabajo.

Su voz, le consiguió un trabajo en la radio y la radio le permitió ser actor. La epopeya del Reagan actor comenzó con una visita del joven locutor deportivo a la ciudad de Los Ángeles, con la intención de entrevistar a Joy Hodger un actor y cantante de Illinois. La entrevista debió trascurrir satisfactoriamente ya que tras su finalización, Reagan le manifestó su sueño de actuar en Hollywood, Joy Hodger le facilitó una entrevista con su agente Bill Meiklejohn, quien, en tan solo 20 minutos vio un gran potencial en Reagan. Meiklejohn quedó impresionado por la ausencia absoluta de acento, especialmente teniendo en cuenta la procedencia del joven que tenía enfrente. Descolgó su teléfono y llamó a la Warner Brothers y dijo: “tengo otro Robert Taylor, sentado en mi oficina ahora mismo”.

El primer contrato de Reagan fue de 200 dólares semanales, con una duración estipulada de 7 años y aunque era revisable, no cabe duda de que era menos de lo que percibía como notable regional de la radio, así pues, la decisión de convertirse en actor tuvo más que ver con la idea de cumplir un sueño que con la del interés económico. Su familia apenas entendió esta decisión, pero no había vuelta atrás, Reagan se mudaba a la soleada California y pasaba a formar parte de ese “otro Hollywood” formado por jóvenes talentosos con carretas de sueños y bolsillos vacios, pese a su suerte, Reagan nunca perdió el contacto con este otro mundo, lleno de camareras a la espera de dar el salto a la fama y actores de reparto.

En 1939 durante el rodaje de la película Brother Rat, Reagan conoció a su primera mujer Jane Wyman, una actriz de talento (a la poste ganadora de un Oscar de la academia) tras 8 años de matrimonio la pareja se divorció dejando dos hijos Maureen y Michael.

Jane declaró que no había conseguido traspasar el muro que Ronald interponía entre el mundo y su corazón y que ya no tenían nada en común salvo sus dos hijos, en reflexiones posteriores Reagan admitía que:

Quizás, debiera haber dejado a otro tratar de salvar el mundo y haber salvado yo mi casa

Ronald Reagan fue un actor conocido y reconocido, se movía en el círculo de los mejores, pero es cierto que nunca fue un Top.

Es cierto que nunca fue un Fred Astaire o un Cary Grant o un Gary Cooper. Pero, para poder poner en relación el cache de los actores bastará decir que Ronald Reagan cobraba por película unos 52.000 dólares de la época, mientras que la estrella mejor pagada de todo Hollywood era Clark Gable que rondaba los 200.000 por película.
Con su recién estrenada fortuna, Reagan compró casas, una para sus padres ,que se mudaron a California y otra para él mismo fijando, en la tierra que antes fue española, su residencia y a la que asumió como suya.

El interés en ver en él un actor de Serie B fue político. Sus primeras películas no fueron las mejores, tampoco las más caras como parece lógico y normal, a tal efecto el propio Reagan admitía cierta precariedad en sus primeras películas y se excusaba cuando decía que era razonable que no fueran obras maestras, cuando lo que pedía el Estudio no era que fueran buenas, sino que estuvieran “terminadas para el martes”.

Pero Reagan era un buen actor y él lo sabía, por lo que de todos los ataques políticos a los que tuvo que enfrentarse desde que entró en política, la acusación de que había sido un mal actor fue la que más hondamente le afectó, ya que reconoció en relación a este hecho “me siento tocado e irritado”.

Ronald Reagan rodó en 1951 Bedtime for Bonzo, una comedia dirigida por Fred de Cordova, en ella, Reagan interpreta a un célebre profesor decidido a educar a un chimpancé. Esta comedia se convirtió en un apabullante éxito en taquilla lo que supuso una secuela, ya sin Reagan, ya que según él mismo nunca le gustó y prefirió no tener que verla ni siquiera una vez.



Esta película se convirtió en la primera arma para la campaña anti-actor que Reagan sufrió, en ella se hacía chanza con la fácil asociación/comparación entre el hombre y el mono. Pese a todo y ya en campaña Reagan no tuvo problemas en firmar fotos suyas que incluyesen al mono, a las que firmaba con la siguiente leyenda:

Yo soy el lleva el reloj puesto, sinceramente Ronald Reagan


El ataque sobre Pearld Harvour y con el, la entrada de los Estados Unidos de América en la Segunda Guerra Mundial supuso el fin de su mejor racha como actor. Su severa miopía lo mantuvo lejos del combate activo, por lo que desde ese momento comenzó a realizar películas de entrenamiento para militares.


En 1951 ya como presidente del Sindicato de Actores (cargo para el que fue reelegido 8 veces, lo que demuestra que sus compañeros de profesión vieron antes que nadie el líder que Reagan podía ser) Ronald conoció a Nancy Davis una joven aspirante a actriz, dio la casualidad que Nancy Davis compartía nombre y apellido con una simpatizante comunista y como tal, había aparecido en las listas McCarthy. Reagan le propuso como solución cambiar su nombre artístico, tras la negativa de Nancy a renunciar a su nombre, le propuso matrimonio y al ella aceptar, solucionó el problema.

Nancy solo hizo una película con su marido Hellcats of the Navy, después de eso ella dejó de actuar para ocuparse de su familia, hecho este, que con posterioridad criticarían mucho los grupos feministas. De este feliz matrimonio surgieron dos vidas, Patti y Ron.




Tras la guerra, ya casado con Nancy se produjo el más bajo momento de su carrera, el estudio para el que trabajaba Reagan le obligó a hacer de maestro de ceremonias para una boda de ricos en las Vegas.

Esta situación y gracias al apoyó que Nancy le brindo, propició que los Reagan dejarán el cine para buscar nuevas oportunidades, la política estaba cada vez más cerca.

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