En esta época de la Guerra Fría el enemigo era un Oso Viejo, pero especialmente por eso, era aun peligroso, la idea de que una guerra directa con la URSS traía como consecuencia la destrucción mutua asegurada mantenía una precaria paz. Reagan rechazaba de todo punto la doctrina existente y se decidió a crear una.
En el plano diplomático, paso a retratar al comunismo como una anomalía historia y como el Imperio del mal, representación del mal en el mundo moderno. La guerra fría dejo de ser algo helado para convertirse en, según las palabras de Reagan:
“La lucha entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal”
Y a tal efecto, el gobierno Reagan financiaba guerrillas Contra Comunistas en todo el mundo.
En Julio de 1979, mientras Reagan se preparaba durante la carrera Presidencial, visitó la Base North American Air Defense Comand (NORAD) famosa por ser la instalación desde la que se realizar y siguen las pruebas y lanzamientos militares. En dicha visita, el General de la NORAD Air Force James Hill, habló con Reagan acerca de los más recientes avances en materia de tecnología militar aplicada a misiles. Hill le dijo que no la tecnología actual era posible impactar en cualquier punto con gran precisión, Reagan quedó francamente impresionado, pero preguntó: “¿Si los soviéticos lanzaran un misil contra un blanco norteamericano, podrían los EE.UU. hacer algo para protegerse?” Hill contestó: “Nada. Tal vez nuestros cuerpos de inteligencia podrían averiguar a donde se dirige, pero eso es todo. No podemos detenerlo.” Eso significa, Reagan pregunto de nuevo, “¿Pese a todo lo que América gasta anualmente en el presupuesto de defensa, al final esta indefensa ante un ataque con misiles? ¿Cierto?” Hill dijo: Si, cierto. “Pues, hay algo profundamente equivocado en la política de defensa de Occidente.” Sentenció Reagan.
Aunque formalmente no tomó una decisión acerca del cambio de doctrina hasta 1983, hoy sabemos que gracias a la influencia del Almirante católico James Watkins, sobre Reagan, los proyectos del “Star Wars” estaban ya en marcha. Watkins puso en contacto a Reagan con la conferencia de Obispos Católicos y con la Santa Sede quienes de forma privada y en sucesivas pastorales públicas pidieron a Reagan que sustituyera la vieja doctrina de la mutua destrucción asegurada, por otra menos inmoral. La pastoral argumentaba de la siguiente manera, es ilícito para una nación garantizar su seguridad bajo la amenaza constante de la destrucción total de la población de la otra nación. Reagan estaba profundamente de acuerdo con esta postura y creía que los Estado Unidos tenían la obligación moral de buscar alternativas.
La Iniciativa de Defensa Estrategia fue esta alternativa. Frente a los oficiales del Departamento de Defensa contrarios al cambio de paradigma y frente a los miembros de la Secretaria de Estado que vigilaba la política Internacional del país, Reagan sacó su lado más resolutivo. La decisión estaba tomada y en sus primeras fases solo había formado parte de ella el Staff de la Casa Blanca.
La idea era fantástica, por un lado, se conseguía, tal y como el famoso diario comunista Izvestiya afirmaba: “Lo que quieren, es imprimir un ritmo aún más ruinoso en la carrera armamentística, detrás de estas mentiras, hay claro cálculo económico, para que la URSS extiga sus recursos y finalmente se rinda y desfallezca.” Por el otro lado, si todo funcionaba como debía, los EE.UU. habrían conseguido de forma unilateral eliminar el miedo a un ataque nuclear. Pese a que nunca fue completamente desarrollada ni desplegada totalmente, la investigación y la tecnología de la IDE puso los cimientos para algunos de los actuales sistemas antimisiles.
La afinidad personal con Gorbachov y su firma apoyo a la perestroika hicieron el resto.
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